Es la pregunta que, o te impulsa o te detiene para iniciar tu carrera hacia Wall Street. Pero ¿qué características distinguen a una persona para esto?
Por años nos vendieron la idea de que, para desenvolverse en el mercado bursátil, se necesitaban conocimientos avanzados sobre finanzas, economía, comercio internacional, etc. Ahora sabemos que tan equivocados nos tenían acerca del tema. Los avances tecnológicos y el internet nos han proporcionado, por fortuna, los conocimientos necesarios para poder acceder a los mercados bursátiles desde cualquier lugar en donde nos encontremos.
En realidad, todos estamos capacitados para desarrollarnos en el ámbito bursátil. No importa la profesión u oficio de quién desea realizar inversiones de este tipo. Por ejemplo, arquitectos, psicólogos, doctores, abogados, secretarias, comerciantes, alguien con solamente estudios técnicos, estudiantes, etc. podrían acceder sin inconveniente alguno
Entonces, ¿en dónde podría radicar la principal limitante para operar con éxito? Quizás debamos enfocarnos en dos temas. Primero el nivel de tolerancia al riesgo.
Con esto nos referimos a que tan “tranquilos” podemos estar cuando observamos las variaciones que sufren nuestras inversiones en la bolsa de valores: cuando el precio disminuye de mayor a menor en algún momento. Quizás la pregunta para definir qué nivel de tolerancia al riesgo posees sea: ¿Cuánto estoy dispuesto a arriesgar?
Eres alguien conservador si principalmente buscas demasiada estabilidad en tu capital y productos de baja volatilidad. Si tu enfoque es alcanzar buenos retornos aceptando variaciones de vez en cuando, entonces quizás seas un inversionista moderado. Pero si tu interés son los altos rendimientos a través de productos de alta movilidad entonces eres un inversor agresivo.
Segundo ¿has oído hablar de la Inteligencia Emocional? La mayoría escuchamos acerca del caso del adolescente del barrio de Queens que presumía a los cuatro vientos haber conseguido una fortuna de decenas de millones, invirtiendo en la bolsa en sus ratos libres. La historia se hizo viral aun en medios internacionales. ¡Pero todo era una gran mentira! Todo se reducía a inversiones simuladas en cuentas demo. ¿Te puedes imaginar a una persona presumiendo que “si las inversiones hubieran sido reales” podría haber ganado muchísimo más?
Una persona con inteligencia emocional adecuada para las inversiones en bolsa mantendrá los pies bien puestos en el suelo y la cabeza fría, tanto para las perdidas como para las ganancias que esta actividad le pueda generar. Sobreponiéndose sin titubear. Y seamos honestos: ¿Realmente crees que se puede llegar a ser millonario de la noche a la mañana invirtiendo en Wall Street o con un solo clic? Si la respuesta fuera un sí, quizás sea momento de retomar la nota ¡Mitos de Wall Street!